El reparto del rescate
Pero el reparto ya había comenzado, Pizarro se había asegurado la tarima móvil, incluida la silla de Atawallpa con la que el inca era trasladado y nadie se opuso y aparte recibió según cálculos al valor actual cerca de 300 millones de dólares o 240 millones de euros aproximadamente por la parte del botín del rescate, el resto se repartió entre los demás capitanes y soldados.
Es una inmensa suma pagada por un solo rescate, considerándose el rescate pagado más importante de la historia de la Humanidad.
El pago en oro y plata del recate sobrepasó lo que habían acordado, todo el rescate fue fundido y al repartir primero se separó el Quinto Real que le correspondía al rey y la parte de la iglesia, la que se consideró en el diezmo o la décima parte del total.
Considerando que el papa tenía poder sobre los cristianos y sobre los infieles y paganos, justificaba la campaña militar o cruzada y autorizaba cualquier acción orientada al secuestro y pago de rescate de los enemigos para dotar de oro a las arcas de los Reinos Católicos y del Pontificado de Roma.
El secuestro fue una modalidad de obtener dinero en las guerras por esos años, la utilizaron los árabes, los españoles en la guerra de la reconquista y casi en todo el Mediterráneo, cabe recordar que Miguel de Cervantes Saavedra fue secuestrado en el Mar Mediterráneo y su familia tuvo que pagar un rescate para liberarlo.
El 5 de diciembre de 1533 llegaron al puerto de Sevilla 4 navíos provenientes del Nuevo Mundo, específicamente del Callao y el 9 de enero de 1534 llegó otro navío con mas oro como parte del Quinto real que le correspondía a la monarquía y además llevaba el oro que les correspondía a los soldados que estaban retornando a su tierra o enviaban quizás para invertirlo y trabajarlo.
Se menciona que en las naves Pizarro había embarcado 38 vasijas de oro y 48 de plata, entre ellas había un águila entre 2 cantaros de agua totalmente de plata y dos grandes ollas, una de oro y la otra de plata, tan grandes que en cada una cabía una vaca despedazada.
También enviaron un ídolo de oro del tamaño de un niño de 4 años y varios atabales pequeños, todo de oro, había varios cantaros unas de oro y otras de plata; en un embarque llevaron 24 cantaros de plata y 2 de oro que fueron descargados en el muelle y llevados en una carreta a la Casa de Contratación de Sevilla.
El cronista Alonso de Santa Cruz (Sevilla 1505- 1567) en su crónica "El Emperador Carlos V" anotó: "en este año vinieron de la provincia de Nueva Castilla (Perú) de la Indias Occidentales muchas naos y vino en ellas mucho oro y plata, así de su majestad como de particulares que se habían hallado en la conquista de aquellas tierras y el emperador mando de regreso a Hernando Pizarro para recoger del gobernador Francisco Pizarro y de don Diego de Almagro y de personas particulares de Indias como por vía del empréstito todo el oro y plata que pudiese.
"Y su majestad mando labrar en Sevilla muchas monedas de reales y ducados con las armas acostumbradas que se solía poner en tiempos del rey Fernando"
Los incas habían recolectado todo el oro que pudieron para pagar el rescate del inca Atahualpa, había muchas piezas de adorno, vasijas sagradas (keros) los montaban sobre el lomo de las llamas, se formaron recuas o tropillas de numerosas llamas cargadas con bultos que salían de las ciudades y tomaban rumbo al norte.
Las que salieron del sur, especialmente del Cuzco rumbo a Cajamarca al llegar al centro, al valle del Mantaro, en Jauja y cerca de la Laguna de Paca, se enteraron que el inca había muerto, el inca había sido asesinado, los súbditos descorazonados y compungidos tiraron sus cargas a la Laguna de Paca.
Los incas recorrieron el Tawantinsuyo buscando oro, del Cuzco, especialmente del Korikancha recolectaron pieza de oro que tenían variadas formas como las de mazorcas de maíz que incluso tenían pajas o filamentos de oro como las originales, fuentes con la apariencia de lagos, con sus caños de oro, otra fuente donde hay diferentes tipos de aves y hombres sacando agua de la misma fuente, todo era de oro puro (no se especifica si fueron fundidos o enviados enteras)
La parte del rey fue a parar en la vida suntuosa de la monarquía española y para mantener un ejército de sobones, adulones y serviles, escritores, pintores, poetas y hasta payasos.
Con ese tesoro el rey logró financiar la guerra contra Túnez en África, logrando someterla a sus dominios en 1535.
Así lograron satisfacer sus ímpetus imperialistas muy comunes en la historia de Europa
Todo el millonario botín se fundió en el nombre de Dios y del rey.
La parte que le tocó a la iglesia reapareció en los templos católicos convertidos en cálices, crucifijos, suntuosos altares y sabrá Dios en que otras cosas.
El pago del rescate consistió en varias toneladas de piezas de oro y plata que finalmente fueron fundidos y repartido como consta en la relación oficial de Sancho de la Hoz y también cuenta que algunas piezas de oro por su tamaño y forma no fueron fundidas, fueron conservadas tal cual para enviarlos a la corte castellana como parte del Quinto real o sea la parte del saqueo que le correspondía a los reyes.
El secretario Francisco de Xeres (o Jerez) narra que del campamento de Atahualpa los hispano secuestraron hombres y mujeres y robaron llamas, ropas, oro, plata y 14 esmeraldas de gran tamaño y que uno de los soldados hispanos que marcharon al Cusco llevaba 2 cantaros de oro con sus tapas, varios copones de oro, ollas o vasijas de plata, mantas de fina labor con filigranas de oro, Xeres también narra que en una de las naves de retorno a España "yba llena de tales y muy mayores tinaxas de oro y otras piezas de mucha admiración"
También comentaron los cronistas que Pizarro envió como regalo al rey la joya denominada Mallqui de Wiracocha como la parte del rescate como el Quinto real que le correspondía al rey por el rescate de Atahualpa y que fue encomendado a Hernando Pizarro para llevar y entregar al monarca castellano.
En ese navío que comandaba Hernando Pizarro decidieron retornar varios soldados con el botín obtenido, según el historiador Zarate se escogieron las piezas "mas abultadas y vistosas para que sean tenidas en mas en Castilla"
Se considera que dicho rescate es el mas alto pagado en toda la historia de la humanidad y cálculos actuales consideran que Pizarro recibió aproximadamente 12 toneladas de plata y 6 de oro y el valor actual sería de 300 millones de dólares o 240 millones de euros, de las cuales se beneficiaron la corona de España y la Iglesia
El pago en oro y plata del recate sobrepasó lo que habían acordado, todo el rescate fue fundido y al repartir primero se separó el Quinto Real que le correspondía al rey y la parte de la iglesia, la que se consideró en el diezmo o la décima parte del total.
Considerando que el papa tenía poder sobre los cristianos y sobre los infieles y paganos, justificaba la campaña militar o cruzada y autorizaba cualquier acción orientada al secuestro y pago de rescate de los enemigos para dotar de oro a las arcas de los Reinos Católicos y del Pontificado de Roma.
El secuestro fue una modalidad de obtener dinero en las guerras por esos años, la utilizaron los árabes, los españoles en la guerra de la reconquista y casi en todo el Mediterráneo, cabe recordar que Miguel de Cervantes Saavedra fue secuestrado en el Mar Mediterráneo y su familia tuvo que pagar un rescate para liberarlo.
El 5 de diciembre de 1533 llegaron al puerto de Sevilla 4 navíos provenientes del Nuevo Mundo, específicamente del Callao y el 9 de enero de 1534 llegó otro navío con mas oro como parte del Quinto real que le correspondía a la monarquía y además llevaba el oro que les correspondía a los soldados que estaban retornando a su tierra o enviaban quizás para invertirlo y trabajarlo.
Se menciona que en las naves Pizarro había embarcado 38 vasijas de oro y 48 de plata, entre ellas había un águila entre 2 cantaros de agua totalmente de plata y dos grandes ollas, una de oro y la otra de plata, tan grandes que en cada una cabía una vaca despedazada.
También enviaron un ídolo de oro del tamaño de un niño de 4 años y varios atabales pequeños, todo de oro, había varios cantaros unas de oro y otras de plata; en un embarque llevaron 24 cantaros de plata y 2 de oro que fueron descargados en el muelle y llevados en una carreta a la Casa de Contratación de Sevilla.
El cronista Alonso de Santa Cruz (Sevilla 1505- 1567) en su crónica "El Emperador Carlos V" anotó: "en este año vinieron de la provincia de Nueva Castilla (Perú) de la Indias Occidentales muchas naos y vino en ellas mucho oro y plata, así de su majestad como de particulares que se habían hallado en la conquista de aquellas tierras y el emperador mando de regreso a Hernando Pizarro para recoger del gobernador Francisco Pizarro y de don Diego de Almagro y de personas particulares de Indias como por vía del empréstito todo el oro y plata que pudiese.
"Y su majestad mando labrar en Sevilla muchas monedas de reales y ducados con las armas acostumbradas que se solía poner en tiempos del rey Fernando"
Los incas habían recolectado todo el oro que pudieron para pagar el rescate del inca Atahualpa, había muchas piezas de adorno, vasijas sagradas (keros) los montaban sobre el lomo de las llamas, se formaron recuas o tropillas de numerosas llamas cargadas con bultos que salían de las ciudades y tomaban rumbo al norte.
Las que salieron del sur, especialmente del Cuzco rumbo a Cajamarca al llegar al centro, al valle del Mantaro, en Jauja y cerca de la Laguna de Paca, se enteraron que el inca había muerto, el inca había sido asesinado, los súbditos descorazonados y compungidos tiraron sus cargas a la Laguna de Paca.
Los incas recorrieron el Tawantinsuyo buscando oro, del Cuzco, especialmente del Korikancha recolectaron pieza de oro que tenían variadas formas como las de mazorcas de maíz que incluso tenían pajas o filamentos de oro como las originales, fuentes con la apariencia de lagos, con sus caños de oro, otra fuente donde hay diferentes tipos de aves y hombres sacando agua de la misma fuente, todo era de oro puro (no se especifica si fueron fundidos o enviados enteras)
La parte del rey fue a parar en la vida suntuosa de la monarquía española y para mantener un ejército de sobones, adulones y serviles, escritores, pintores, poetas y hasta payasos.
Con ese tesoro el rey logró financiar la guerra contra Túnez en África, logrando someterla a sus dominios en 1535.
Así lograron satisfacer sus ímpetus imperialistas muy comunes en la historia de Europa
Todo el millonario botín se fundió en el nombre de Dios y del rey.
La parte que le tocó a la iglesia reapareció en los templos católicos convertidos en cálices, crucifijos, suntuosos altares y sabrá Dios en que otras cosas.
El pago del rescate consistió en varias toneladas de piezas de oro y plata que finalmente fueron fundidos y repartido como consta en la relación oficial de Sancho de la Hoz y también cuenta que algunas piezas de oro por su tamaño y forma no fueron fundidas, fueron conservadas tal cual para enviarlos a la corte castellana como parte del Quinto real o sea la parte del saqueo que le correspondía a los reyes.
El secretario Francisco de Xeres (o Jerez) narra que del campamento de Atahualpa los hispano secuestraron hombres y mujeres y robaron llamas, ropas, oro, plata y 14 esmeraldas de gran tamaño y que uno de los soldados hispanos que marcharon al Cusco llevaba 2 cantaros de oro con sus tapas, varios copones de oro, ollas o vasijas de plata, mantas de fina labor con filigranas de oro, Xeres también narra que en una de las naves de retorno a España "yba llena de tales y muy mayores tinaxas de oro y otras piezas de mucha admiración"
También comentaron los cronistas que Pizarro envió como regalo al rey la joya denominada Mallqui de Wiracocha como la parte del rescate como el Quinto real que le correspondía al rey por el rescate de Atahualpa y que fue encomendado a Hernando Pizarro para llevar y entregar al monarca castellano.
En ese navío que comandaba Hernando Pizarro decidieron retornar varios soldados con el botín obtenido, según el historiador Zarate se escogieron las piezas "mas abultadas y vistosas para que sean tenidas en mas en Castilla"
Se considera que dicho rescate es el mas alto pagado en toda la historia de la humanidad y cálculos actuales consideran que Pizarro recibió aproximadamente 12 toneladas de plata y 6 de oro y el valor actual sería de 300 millones de dólares o 240 millones de euros, de las cuales se beneficiaron la corona de España y la Iglesia
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