Santa Inquisición
El 25 de enero de 1569 el rey Felipe II establece en Lima y México el Tribunal de la Santa Inquisición.
Constituido en el Perú en 1570 por el Virrey Toledo y pasando a ser junto con la de México, un distrito de la de España, posteriormente se creó en otros países de América, pero como dependencias de las del Perú, México y la de Cartagena de Indias que fue creada en el s. XVII.
Su objetivo fue combatir las herejías, la brujería y las religiones ajenas a la fe católica, la moral (blasfemia, bigamia), o contra el mismo Santo Oficio.
Además censuraba libros que pudieran ofender los dogmas católicos o los intereses del reino. Los indios estaban fuera de su jurisdicción.
Estaba integrado por un fiscal, un comisario, y tres inquisidores; durante sus investigaciones se aplicaba la tortura como mecanismo de “purificación del alma” para obtener la confesión del inculpado; una vez declarado culpable, el tribunal sentenciaba un castigo llamado “Auto de fe”, sentencia que era ejecutada en la plaza de Armas
de Lima, en público y en presencia de las autoridades virreinales; las penas iban desde azotes, hasta ser quemados vivos en la hoguera.
Durante los 244 años de vigencia, 371 personas fueron sentenciadas a diferentes penas, 32 de las cuales murieron quemadas en la hoguera, aunque hay autores que elevan esta cifra a 59.