Atahualpa triunfante llega a Caxamarca

 Atahualpa retorna triunfante a Cajamarca

Último Inka


El joven monarca, Atahualpa regresó triunfante el 16 de noviembre de 1532 a Cajamarca desde el sur con más de 20,000 hombres, muchos batallones se habían disgregado en el camino retornando a sus ciudades de origen y estando ya en la hermosa ciudad de Caxamarca, donde habían muchas edificaciones religiosas y civiles, una hermosa plaza central y un mirador sobre un cerrito cercano desde donde el Inca Atahualpa contemplaba toda la ciudad y los campos cercanos; allí se reúne con la panaka de su familia y después con el Willap Umu para consultarle sobre los últimos eventos ocurridos en su ausencia.
El recibimineto fue multitudinario, con viva y aplausos al inca vencedor y  quien había logrado unificar el Imperio Incaico bajo su mando.
Luego decide ir a las termas de Pulltumarca (hoy conocido como los Baños del Inca) que esta 5 km. de Cajamarca, para descansar y relajarse, allí instala su campamento con cientos de toldos donde pernoctaban sus servidores, también las mujeres jóvenes y vírgenes, era costumbre que los Incas se hicieran acompañar de todos los cortesanos, miles de soldados, también los porteadores, decenas de otros personajes importantes y un gran rebaño de llamas, las que son llevados a un corral que estaba alejada de Las Termas de Pulltumarca, el camino era una senda empedrada, a cada lado corría un canal de agua y el paisaje natural estaba acompañado de coloridos sembríos de papa y maíz.
Al Inca se le acerca uno de sus capitanes y le informa sobre las últimas novedades:

- Le comunico de la llegada de gente extraña, hombres sunkhasapas y montados sobre bestias, que pereciera que fueran un solo ser.

Atahualpa no dio importancia al comunicado, el llegaba triunfante del Cuzco y pregunto:

- ¿Dónde están los sunkhasapas?
- Están escondidos, muertos de miedo.

Le contestó el Willac Umu.

Esto le causó risa a Atahualpa, rompiendo su habitual seriedad, en segundos lo recuperó y pasó a otro estado de ánimo y molesto ordenó regresar a Pulltumarca, la comitiva del Inka, era impresionante, lo seguían aproximadamente 500 hombres, todos iban igualmente vestidos con ropas de color blanco y obedecían todas las órdenes del Inca, un grupo había regresado de limpiar de piedras y pajas el camino, al llegar a la plaza de Cajamarca le pareció muy extraño no ver a ningún español.
Ese día el inca Atahualpa salió de su campamento en los baños termales donde solía descansar y llegó a la plaza de Cajamarca cargado en sus andas de oro, detrás suyo también llegó el Señor de Chincha que lo acompañaba, este curaca deslumbró mas a los hispanos por su lujosa vestimenta y de adornos de oro con la que estaba ataviado.
Este era el punto de reunión Atawallpa no podía fallarles, era la plaza donde los esperaban; esperaron varios días y cuando llegó el inka, la comitiva entró lentamente, los hispanos permanecieron escondidos.

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